La economía mexicana enfrenta un panorama complicado para 2025, según la Organización de las Naciones Unidas (ONU). El Producto Interno Bruto (PIB) del país crecerá apenas un 1.3 %, por debajo del 1.6 % registrado al cierre de 2024. Este será el tercer año consecutivo de desaceleración, impulsado por un debilitamiento del consumo interno y una caída en los niveles de inversión, explicó Sebastián Vergara, representante del Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de la ONU.
Principales riesgos
Durante la presentación del Informe de la Situación y Perspectivas de la Economía Mundial (WESP) 2025, Vergara señaló que México enfrentará diversos riesgos clave, entre ellos:
- Medidas del gobierno de Estados Unidos: El segundo mandato de Donald Trump, conocido por su política proteccionista, incluye la posibilidad de imponer aranceles del 25 % a productos mexicanos. Aunque es pronto para evaluar el impacto, estas medidas podrían elevar la inflación en ambos países.
- Recesión en Estados Unidos: Una contracción económica en el vecino del norte podría afectar gravemente las exportaciones mexicanas, dado que más del 80 % de estas se dirigen a ese mercado.
- Impactos del cambio climático: Riesgos relacionados con fenómenos climáticos extremos y sus consecuencias económicas también representan un desafío creciente.
Desafíos internos
Ernesto Revilla, economista en jefe para América Latina de Citigroup, advirtió que uno de los mayores retos será la capacidad del gobierno de Claudia Sheinbaum para reducir el déficit fiscal, que actualmente se sitúa en 5.9 % del PIB, a un objetivo del 3.9 %.
Contexto global y recomendaciones
El informe de la ONU también destaca un entorno internacional lleno de incertidumbre, con tensiones comerciales y conflictos geopolíticos que limitan el crecimiento global. A nivel mundial, el crecimiento sigue por debajo del promedio prepandemia (3.2 %), afectado por la débil inversión, el bajo crecimiento de la productividad y altos niveles de deuda.
Vergara calificó como «preocupante» el proceso de desaceleración en México, aunque reconoció esfuerzos gubernamentales en manejo fiscal prudente y consolidación fiscal. No obstante, hizo un llamado a implementar reformas estructurales que impulsen un crecimiento más sólido y sostenible.