El decomiso de un buque con 10 millones de litros de diésel en Tamaulipas representa uno de los mayores golpes al tráfico ilegal de combustibles en la historia reciente de México. La operación, encabezada por la Secretaría de Marina (Semar), la Fiscalía General de la República (FGR) y la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), fue resultado de una estrategia de inteligencia que permitió la intercepción del cargamento ilegal en el puerto de Tampico.
Omar García Harfuch, titular de la SSPC, destacó la relevancia de este decomiso, enfatizando que no se trata de un hecho aislado, sino de un esfuerzo coordinado para debilitar las estructuras criminales que se benefician del robo de hidrocarburos. «Este decomiso es el reflejo del trabajo de inteligencia y cooperación entre instituciones. Seguiremos trabajando sin tregua contra el huachicol», afirmó Harfuch en conferencia de prensa.
Por su parte, la presidenta Claudia Sheinbaum subrayó que este operativo es parte de una estrategia más amplia para erradicar el robo de combustible y combatir la corrupción dentro de las instituciones. «El huachicol no solo afecta la economía del país, sino que también financia actividades ilícitas que ponen en riesgo la seguridad de la población. No vamos a permitir que este delito siga operando con impunidad», declaró.
Sheinbaum enfatizó que el gobierno federal continuará fortaleciendo la vigilancia en puertos, carreteras y puntos estratégicos para detectar y desmantelar redes criminales involucradas en el tráfico de hidrocarburos. Asimismo, destacó la importancia de la participación de la Semar y la FGR en este tipo de operativos, asegurando que la presencia de las fuerzas de seguridad en estas acciones será permanente.
El robo de combustible ha sido uno de los delitos más lucrativos para el crimen organizado en México. En años recientes, el gobierno ha intensificado las acciones para combatir esta práctica, implementando reformas legales y aumentando la vigilancia en ductos de Pemex. Sin embargo, las redes de huachicoleros han encontrado nuevas formas de operar, incluyendo la importación ilegal de combustible mediante embarcaciones y el almacenamiento en predios clandestinos.
El decomiso en Tamaulipas no solo evidencia la magnitud del problema, sino también la capacidad del Estado para enfrentarlo. Con la incautación del buque, 192 contenedores y 29 tractocamiones, el gobierno federal ha enviado un mensaje claro: la lucha contra el huachicol seguirá siendo una prioridad.
El reto ahora será garantizar que estos operativos se traduzcan en procesos judiciales efectivos contra los responsables. La presidenta Sheinbaum y el secretario Harfuch han sido enfáticos en su compromiso de fortalecer la coordinación interinstitucional para evitar que el robo de combustible siga socavando la economía del país.
Este decomiso, considerado un hito en la lucha contra el huachicol, refuerza la estrategia del gobierno en su combate al crimen organizado. Con más operativos en puerta y una política de cero tolerancia, el mensaje es claro: el Estado no dará marcha atrás en su esfuerzo por erradicar esta práctica ilícita.
