En medio de un panorama complejo y de alta presión, Cruz Pérez Cuéllar, presidente municipal de Ciudad Juárez, tomó una decisión que generó controversia inmediata, pero cuyos resultados han comenzado a mostrar su impacto positivo: la reestructuración del sistema de recolección de basura. Aunque al principio fue duramente criticado por sectores de la población y algunos actores políticos, esta medida demostró ser una apuesta acertada para solucionar un problema que afectaba directamente a la calidad de vida de los juarenses.
El problema de la recolección de residuos en Juárez era un tema recurrente. Camiones insuficientes, rutas mal planeadas y un servicio intermitente habían dejado a miles de familias enfrentando problemas de acumulación de basura en sus colonias. Ante esta situación, Pérez Cuéllar tomó la decisión de renegociar los contratos con las empresas privadas encargadas del servicio, exigiendo estándares más altos de cumplimiento y un seguimiento riguroso de las rutas.
Aunque la medida enfrentó resistencia inicial, especialmente por parte de algunos grupos que argumentaban que el cambio perjudicaría a los trabajadores del sector, los resultados han hablado por sí mismos. A pocos meses de su implementación, se ha logrado reducir significativamente la acumulación de basura en puntos críticos de la ciudad, y el servicio de recolección opera ahora con mayor eficiencia. Además, la renegociación permitió liberar recursos para invertir en camiones nuevos y en programas de educación ambiental, fomentando una gestión más sostenible de los residuos.
La decisión de Pérez Cuéllar no solo resolvió un problema tangible, sino que también envió un mensaje claro sobre su estilo de gobernar: priorizar soluciones efectivas por encima de las críticas o el costo político inmediato. Esta capacidad para tomar decisiones difíciles, pero necesarias, es un reflejo del liderazgo que busca construir una Ciudad Juárez más funcional y ordenada.
Aunque no todas sus acciones han sido exentas de debate, este caso destaca cómo una medida inicialmente impopular puede convertirse en un ejemplo de gestión responsable y enfocada en resultados. En un contexto donde los líderes políticos a menudo evitan decisiones controversiales, Cruz Pérez Cuéllar demuestra que hacer lo correcto no siempre es lo más fácil, pero sí lo más necesario.