Hace exactamente dos años, con una gran soberbia que la caracteriza, la Ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación Norma Piña no quiso ponerse de pie frente a la investidura presidencial del entonces mandatario Andrés Manuel López Obrador. Lopez Obrador fue electo por un amplia mayoría en la elección popular del 2018 y con un amplio margen de aceptación entre la población mexicana.
Lo anterior sin sospechar la Ministra Piña (o sin querer sospechar) que ahí también se encontraba presente la que iba a ser la próxima Presidenta de México nada menos que Claudia Sheinbaum Pardo, quien junto con el resto de los funcionarios, inclusive de oposición, como el Presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados Santiago Creel si hicieron el protocolo hacia la investidura que merece.
Dos años después, el mismo día, la nueva presidenta ordena no invitarla al Aniversario de la Constitución de 1917 en Querétaro. En unos meses más (y debido a la Reforma Judicial) dejará para siempre el ominoso cargo por el cual se allegó de recursos cuyo Poder el Judicial de México se encuentra entre los más costosos del mundo y quien pasará a la historia como la peor ministra de la SCJN del país.